Yanko González celebra sus 40 años de vida con el poemario “Elábuga”
Escritor se “ahorca” a vista paciencia de sus amigos
El autor festeja su cuadragésimo cumpleaños con un volumen centrado en la modalidad de suicidio que incluye una soga atada al cuello
Por Roberto Castillo
Publicado en Diario Las últimas Noticias, miércoles 16 de noviembre de 2011
Cumplir 40 años no es cosa que deba tomarse a la ligera, y así lo entiende el poeta Yanko González, quien, para conmemorar su cuadragésimo aniversario de vida, acaba de publicar un inusual poemario titulado Elábuga. El volumen, que fue publicado por Ediciones Kultrún, es inusual tanto por sus respetables dimensiones (mide 37,5 centímetros de alto por 25 de ancho) como por el hecho de que la mayor parte de los versos incluidos en él están relacionados con el tema del suicidio realizado con ayuda de una soga atada al cuello. “Este libro trata casi exclusivamente de la muerte voluntaria por ahorcamiento. El título alude al nombre del pueblo donde se ahorcó la poeta rusa Marina Tsvetaieva. Publico estos poemas de anticipo aprovechando mi cumpleaños número cuarenta, celebrando simbólicamente mi ahorcamiento, en el entendido que es mejor suspenderse que apagarse”, resume el autor. Galardonado con el Premio de la Crítica 2008 por su poemario Alto Volta, y aplaudido hasta hoy por los versos contenidos en Metales pesados (1998), González ve su nuevo trabajo “como una lápida”. Para reforzar esa idea, de hecho, modificó el interior de la portada de Elábuga para incluir una gran foto desplegable en la que aparece un muro decorado con obituarios aportados por algunos de sus colegas y amigos. El asunto central del volumen, además, queda claro desde el primer poema, donde se lee: “Tensiono el nudo/ presiono el peso/ hasta lograr el cuerpo recto./ giran las llaves en otras casas/ en el jardín las mangueras se retuercen/ se encienden luces en los veladores/ y el cubo de la basura miente./ Pocos poetas muertos pueden acabar un poema como este/ pero yo sí”. “Esos obituarios, en los que varios poetas amigos aparecen lamentándose o divirtiéndose con mi muerte, son un eco que logra hacer la muerte, tienen la función de hacerla eficaz simbólicamente. Las grandes dimensiones del libro, en tanto, aluden a subvertir el vacío diminuto, pero desde la sorna, como diciendo que publicar es amplificar un pequeño ruido que sirve, a veces, de existencia”, comenta el escritor.
- A lo largo de estos versos haces muchas citas de otros poemas y aludes a varios autores importantes de diversas épocas. El conjunto, al final, parece un ajuste de cuentas con tu vida y con los poetas que te han marcado.
-Así es, es un ajuste de cuentas literario: colgarme, izarme-escribirme, para saber que soy yo y no todos ellos. Pero es un ajuste de cuentas biográfico también, que expresa, quizás, eso de que en la niñez vivimos y después sobrevivimos.
Demasiado tarde
Yanko González explica que su poemario “Elábuga” subraya un punto de inflexión tanto en su vida como en su “carrera literaria”. “El libro es un rito de paso en que coinciden circunstancias biográficas poco amables maridadas con mi proceso escritural. De ahí la preocupación por dejar no sólo una constancia vital, sino estética de estos acontecimientos. El tema del suicidio por ahorcamiento no es casual, porque el poema es la erección del ahorcado, demasiado tarde y para nadie, pero ahí”, reflexiona González.